Bondage principiantes
El BDSM implica obtener placer a través del dolor. Puede que suene extraño al principio, pero piénsalo bien: ¿acaso no disfrutas de los mordiscos? ¿O cuando te agarran fuerte de la cintura? ¿O cuando te dicen cosas sucias al oído? Todo el mundo tiene una parte sumisa y otra dominante dentro, la cosa es sacarlas a la luz… Con estos kit podrás iniciarte y descubrir lo excitante que puede llegar a ser experimentar cierto dolor en la cama. Déjate seducir por los placeres del BDSM con las esposas, el antifaz, el látigo, el plumero y la mordaza del kit. El dolor y el placer tienen más en común de lo que crees. Principales características de los kit de bondage;
Ideal para jugar, acariciar y azotar zonas del cuerpo.
Aumenta la sensibilidad de los sentidos.
5 objetos esenciales en el juego bondage.
Diseñado para juegos salvajes en pareja.
Con un toque salvaje.. Tienes curiosidad por lo que se siente al dominar o ser dominada/o, pero por vergüenza o falta de confianza nunca te has atrevido. Piénsalo: ¿qué tienes que perder? Si le gusta a tanta gente, ¿por qué a ti no?
Como en la vida, en la cama también tienes que probarlo todo. Con él jugar te resultará mucho más divertido. Eso sí, siempre con consentimiento y normas para saber cuándo parar.
El BDSM te ayuda a descubrir tus límites y explorar tu sexualidad. ¿Te atreves? Ideas para utilizar los kit BDSM
Aunque en la cama no existe un guion a seguir, te damos algunas ideas para disfrutar de una buena experiencia. Empieza por algo fácil y eficaz, el antifaz. Al no poder ver, la sensibilidad del resto de sentidos aumentará y la persona que lo lleve puesto disfrutará del juego sobre todo a nivel sensorial.
A continuación, ata a tu pareja con las esposas (o deja que te ate) y juega con su cuerpo: hazle cosquillas con el plumero, juega con tu lengua… No podrá pararte y eso puede ser muy excitante. las esposas van ligadas con una cadena de metal que aporta un toque de frío que contrastará con el calor de vuestros cuerpos.Pero esto acaba de empezar! Ahora utiliza el látigo. Primero recorre todo su cuerpo suavemente con las puntas de las tiras y luego, deja caer algún que otro golpe seco que, como mínimo, le sorprenderá.
Para completar la experiencia, usad la mordaza . Con ella no harán falta las palabras
